viernes, 20 de diciembre de 2013

CÁNCER DE MAMA. CONÓCELO PARA VENCERLO







   El cáncer de mama se cura en la mayoría de los casos. Se detectan cada año 26000 nuevos casos, pero más del 80% de las que lo sufren superan la enfermedad. Es una buena forma de empezar, no?? La medicina ha dado un gran salto en terapias y tratamientos, por otro lado, cada vez se detecta antes la enfermedad, con lo que las posibilidades de curación aumentan considerablemente. Con éste artículo vamos a intentar hacer un repaso de todo lo que necesitas saber para prevenir y detectar la enfermedad.


   Las células crecen, se dividen en otras nuevas y mueren. El cáncer se origina cuando, en lugar de morir, siguen y siguen creciendo y forman células anormales que pueden invadir otros tejidos. Ésto ocurre porque se produce una alteración en el ADN, lo cual genera una producción descontrolada de células cancerosas, con la consiguiente aparición del tumor.



   Un seno normal está formado por lobulillos (glándulas productoras de leche), conductos y estroma (tejido graso que rodea los conductos, los lobulillos y los vasos linfáticos).
   La mayoría de cáncer de senos comienza en las células que recubren los conductos, aunque también pueden generarse en las células lobulares. Se pueden propagar a través del sistema linfático. Los ganglios de la axila están conectados con el pecho y el resto del cuerpo por los los vasos linfáticos. Por eso, si las células cancerosas de la mama llegan a través de éstos vasos hasta los ganglios axilares, también es probable que puedan viajar por el torrente sanguíneo y se propaguen a otras zonas del cuerpo, originándose una metástasis.


   El riesgo de padecer un tumor aumenta con la edad. Aproximadamente dos de cada tres se encuentra en mayores de 55. La herencia genética es también un factor determinante. Un 5-10% de los tumores se producen porque la mujer ha heredado de uno de los padres una mutación en los genes BRCA1 y BRCA2. Por otro lado si un familiar de primer grado ha sufrido ésta enfermedad, el riesgo se duplica.



   Una mayor exposición a los estrógenos también aumenta la prevalencia a la enfermedad, ésto ocurre en mujeres que tienen la menstruación antes de los 12 años o se retira pasados los 55. Tener unas mamas densas también es un problema ya que presentan más tejido glandular y fibrosos que adiposo, lo cual dificulta la visión de cualquier anomalía en una mamografía.


   Puedes alejar la prevalencia de la enfermedad si:


   1.Evitas el sobrepeso. El exceso de peso tras la menopausia es malo por partida doble. Aumenta los niveles de estrógenos y la insulina en sangre, y ambas cosas favorecen el cáncer.

   2.No tomas más de una copa al día. 10 gramos de etanol al día eleva un 10% el riesgo.

   3.Conservas la cintura. Si los kilos se acumulan en la cintura se disparan aún más los estrógenos.

   4.Practicas ejercicio. Caminar 110 minutos semanales reduce un 18% el riesgo. Imagínate si lo haces más.

   5. Deja el tabaco. El humo contiene químicos que favorecen el tumor.

   6.Comes sano. Hay menos incidencia de cáncer en países cuya dieta tiene un bajo contenido en grasas, sobretodo saturadas.

   Otros factores como el haber tenido hijos, dar el pecho o controlar el estrés podrían disminuir la prevalencia de la enfermedad.


   Los médicos aconsejan que las mujeres se exploren las mamas a partir de los 20 años. El mejor momento para hacerlo es cuando no están ni sensibles ni inflamados, entre el quinto y el séptimo día desde el comienzo de la regla. Si estás en la menopausia aún es más importante que revises tus senos porque el riesgo de desarrollar el tumor aumenta. Conviene que acudas al ginecólogo si descubres un bulto indoloro que se note suelto y móvil al tacto o secreción por el pezón de un líquido sanguinolento. La retracción del pezón también es una señal de alarma, así como la aparición de hoyuelos en la piel o alteraciones cutáneas tales como enrojecimiento, ulceraciones o descamación.


   Los servicios sanitarios de las comunidades autónomas realizan mamografías de forma gratuita a mujeres a partir de los 45 años, sin embargo los médicos recomiendan empezar a los 35 y repetirla cada dos años. 

   Una mamografía no es más que una radiografía en los senos y aunque como tal supone cierto riesgo de radiación éste es mínimo. Los beneficios de dicha prueba superan con creces éste hecho.     

   I hasta aquí nuestro artículo; esperamos os haya sido de utilidad, como siempre un abrazo muy fuerte y hasta la próxima publicación!!